La Cumbre en Copenhague en diciembre traería riesgos pero también oportunidades. Experto de Pro Natura International proyecta que los países acordarán imponer más regulaciones y compensaciones.

Diciembre será un mes crucial para la actividad productiva mundial, pues entre el 7 y el 18 de ese mes se realizará en Copenhague (Dinamarca) la Cumbre de la ONU sobre el Cambio Climático.

En esta reunión los países del globo deberán llegar a un acuerdo que suplante al Protocolo de Kyoto, que vence en 2012, y se prevé que se impondrán más regulaciones para las industrias pero también compensaciones para los servicios ambientales.

Marcelo Carvalho de Andrade, presidente de Pro Natura International (PNI) y experto brasileño en desarrollo sostenible, considera que el cambio en el marco regulatorio trae riesgos y oportunidades para los negocios y que estos serán aprovechadas por los que se adelanten al nuevo escenario y sepan aprovecharlo. “Los riesgos son para las actividades que consumen mucha energía, como la minería y las industrias extractivas en el Perú, pues la energía sucia podría tener que pagar una tasa y sus costos aumentarían”, dijo.

“Las compañías deben ver que ser energéticamente eficientes les permite reducir sus costos en el largo plazo, mejorar su imagen y hacer su negocio más sostenible en el tiempo”, anotó.

El experto, que participó en un foro empresarial sobre cambio climático organizado por la embajada británica en el Perú, explicó que en el mercado de bonos de carbono se negocian US$60 millones al año. “Cualquier firma que cambie sus prácticas para emitir menos carbono tendrá bonos para vender a las que aún no lo hacen”, refirió.

Sabía que:

* En Copenhague se podría acordar que los países más contaminantes remuneren a naciones, como el Perú, por conservar la selva amazónica.

* Así, en un futuro podría ser rentable para el dueño de un terreno en la selva no talar árboles y cobrar por dicho servicio ambiental.


No obstante, resaltó que el gas natural, una fuente de energía limpia, es una oportunidad para las empresas peruanas, porque podrían cobrar un sobreprecio en el extranjero al certificar que emiten poco dióxido de carbono.

Fonte: Perú21.Pe