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Direito e Mudanças Climáticas nos Países Amazônicos

O Projeto Direito e Mudanças Climáticas nos Países Amazônicos, coordenado pelo Instituto O Direito por um Planeta Verde tem como meta fomentar o desenvolvimento de instrumentos regulatórios relacionados às mudanças climáticas nos países: Bolívia, Brasil, Colômbia, Equador, Peru e Venezuela, integrantes do Tratado de Cooperação Amazônica. LEIA MAIS

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15/11/2009

Trueque para reducir gases tóxicos


WASHINGTON. Mientras el Congreso de Estados Unidos debate una nueva legislación para desacelerar el calentamiento global limitando las emisiones, unos ingenieros están considerando formas de capturar y almacenar el dióxido de carbono, el principal gas que atrapa el calor.

Pero las plantas de electricidad alimentadas con carbón, comúnmente identificadas como el mayor villano de las emisiones en Estados Unidos, quizá no sean el mejor foco de atención.

Más bien, dicen los expertos, sería más fácil y menos costoso capturar el dióxido en las refinerías petroleras, las plantas químicas, las fábricas de cemento y las plantas de etanol, que emiten una fumarola más pura que una chimenea de carbón.

El dióxido de carbono abarca solo entre 10% y 12% de las emisiones de una planta de carbón y el gas está tan mezclado con otros contaminantes que es difícil separarlo. Estrategias más baratas para capturar el dióxido pudieran resultar especialmente importantes si el Congreso aprueba una ley que establezca un llamado sistema de tope y trueque.

Por ejemplo, las compañías que excedan sus asignaciones de emisiones de dióxido de carbono pudieran comprar créditos a las que contaminan menos. Bajo ese sistema, una planta de carbón que exceda su asignación podría pagar a una planta química por separar una tonelada de dióxido de carbono de manera más barata.

“Si tenemos un plan de tope y trueque, se irá por lo más efectivo en costos”, dijo Jeffrey R. Holmstead, un abogado de la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA).

Dando impulso a este pensamiento, una compañía de Texas, Denbury Resources, está construyendo un ducto de 515 kilómetros para dióxido de carbono que correrá de Louisiana a Houston. Inicialmente, el ducto llevará dióxido a los antiguos campos petroleros en el este de Texas, donde puede usarse para forzar la salida de más petróleo.

Pero conforme el ducto pase por refinerías y plantas - el corazón químico de Estados Unidos -, el dióxido de carbono capturado pudiera ser añadido y derivado.

Capturar una tonelada de dióxido de carbono de una planta química tendría el mismo efecto que almacenar una tonelada de una planta de carbón. “La captura no es una tecnología basada en el carbón, es una estrategia de reducción de gases”, dijo S. Julio Friedmann, líder de un programa de manejo del carbono.

El mes pasado, el Departamento de Energía anunció US$44 millones en subvención para desarrollar la captura de carbono. De ese fondo, US$1,72 millones irá a Praxair, que opera dos plantas químicas cerca de Houston.

El dinero se utilizará en estudiar cómo capturar dióxido de carbono de la producción de hidrógeno y llevarlo a Denbury.

El dióxido de carbono forma el 20% del gas resultante de la producción de hidrógeno. Recuperarlo de esta fumarola en vez de la planta de carbón sería por tanto más barato y más sencillo.

La industria petrolera ha aprovechado las reservas subterráneas de dióxido de carbono para inyectarlo y forzar la salida del petróleo.

Si la industria petrolera dejara el dióxido donde está y recurriera al de las plantas industriales, mucho menos dióxido producido por el hombre entraría en la atmósfera, dicen expertos.

Lo que las perforadoras petroleras pagan por el carbono depende del valor del petróleo. Cuando el petróleo está en US$70 por barril, el dióxido asciende a US$10 o US$11 por tonelada, dijo Tracy Evans, de la compañía que construye el ducto.

Otra probable fuente de fumarolas puras de dióxido de carbono son las plantas que refinan gas natural. El gas natural regularmente sale de la tierra mezclado con dióxido de carbono, el cual los vendedores de gas natural rutinariamente retiran para que el gas pueda ser considerado de “calidad de ducto”. Ese carbono a veces es reinyectado, pero en otras es ventilado.

Luego están las cementeras, que producen un torrente casi puro de dióxido de carbono.

Por ahora, nadie está seguro de cuánto costará capturar y almacenar el residuo de plantas de carbón, porque el primero de esos proyectos en Estados Unidos, en la planta de American Electric Power, en Virginia, entró en marcha apenas en octubre. Por el momento, el proceso consume 30% de la energía de la planta de carbón, pero se está trabajando para reducirlo a la mitad.

Bruce Nilles, de la Campaña Carbonífera Nacional en el Sierra Club, también cita las plantas de gas como una vía prometedora para la captura de carbono. Nilles y otros también dicen que los combustibles de biomasa, derivados de la madera, los desechos y el alcohol pudieran ofrecer una mejor oportunidad para la captura de carbono. Si una planta eléctrica quema virutas de madera en lugar de carbón, produce una fumarola de humo de la cual puede tomarse el dióxido y luego inyectarse en la tierra.

La ventaja es que si un árbol es talado y quemado, un nuevo árbol puede ser plantado en su lugar, para que absorba el dióxido de carbono de la atmósfera. Eventualmente, la mayor parte de la captura de carbono provendrá del sector eléctrico, porque emite más que las plantas químicas y de refinación.

Para las compañías que usan dióxido de carbono para buscar petróleo, hay cierta escasez.


Fonte: El Comercio


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