Desde hace años, Estados Unidos prohíbe la importación de productos derivados de focas.

El Gobierno de Canadá anunció su decisión de aumentar a 330.000 el número de focas que podrán ser cazadas este año, medida que organizaciones de protección de los derechos animales criticaron y calificaron de "absurda".

La ministra canadiense de Pesca, Gail Shea, anunció que este año permitirá la caza de 50.000 animales más que el año pasado, en su mayoría focas del tipo arpa.

"Este Gobierno está unido en su apoyo a los miles de cazadores canadienses de focas que dependen de la caza de focas para su sustento", explicó Shea.

Pero el grupo IFAW, una de las principales organizaciones opuestas a la caza comercial de focas, dijo que el aumento de la cuota "es ridículo y sin sentido" especialmente porque prevé que este año la población de estos animales tendrá un alto índice de mortalidad ante las malas condiciones meteorológicas.

Sheryl Fink, investigadora de IFAW, dijo a través de un comunicado que "el Gobierno canadiense es absurdo al permitir la matanza de 330.000 focas cuando es probable que muchos cachorros no sobrevivirán para ser cazados".

En términos similares se expresó Rebecca Aldworth, directora de la Sociedad Internacional Protectora de Animales/Canadá (HSUS).

"Las focas arpa están encarando un desastre ecológico. El hábitat de hielo de estas focas está derritiéndose literalmente. Cuando el Gobierno canadiense debería proteger las focas, parece estar determinado a eliminarlas y proporcionar más razones para que la comunidad internacional condene la cacería comercial de focas".

La caza comercial de estos animales es una controvertida práctica.

Desde hace años, Estados Unidos prohíbe la importación de productos derivados de focas.

Tras una intensa campaña por parte de organizaciones de protección de los derechos animales, el Parlamento Europeo (PE) ha prohibido el comercio de productos derivados de las focas salvo cuando estos procedan de la caza tradicional que practican los inuit (los indígenas del Ártico).

Organizaciones como IFAW o HSUS consideran que la caza es inhumana y cruel y tiene un valor económico mínimo para los cazadores.

Pero el Gobierno canadiense, que ha anunciado que denunciará a Europa ante la Organización Mundial del Comercio (OMC) por la prohibición, asegura que los animales son cazados de forma humana y que los pescadores de la costa este del país dependen de esta práctica.

La apertura de la temporada de caza de focas está prevista para los próximos días.

Fuente: EFE