Ricardo Duche, posiblemente, no sea la única persona en Ibarra que lleva la cuenta desde que el Concejo Cantonal declaró en emergencia a Yahuarcocha.

Él visita frecuentemente la laguna y sabe que ya han transcurrido 156 días. Su principal preocupación es que la laguna y su entorno natural se están deteriorando. "Las reacciones han sido lentas, muy lentas".

156 días han transcurrido desde que se declaró en emergencia a la laguna de Yahuarcocha.

Antes del 21 de octubre del año pasado, fecha en la cual se firmó la declaratoria, ese entorno natural se asemejaba a un gran mercado libre. Cada fin de semana, según datos municipales, entre 15 000 y 20 000 personas visitaban Yahuarcocha.

Esos turistas llegaban para utilizar los botes y las lanchas, para navegar en la laguna. También para consumir tilapia frita o para acampar y pasear. Las visitas se duplicaban durante los feriados. Con el incremento de visitantes también aumentaba la presencia de comerciantes informales.

En esos días, los negocios se diversificaban: comidas rápidas, artesanías, venta de discos compactos, entre otros. Según las autoridades municipales, 300 comerciantes informales y 200 formales se instalaban a lo largo de la pista de asfalto, de 10,8 kilómetros y en el muelle.

La mayoría llegaba de Otavalo, Cotacachi y Tulcán. La laguna de Yahuarcocha es el principal destino turístico que tiene Ibarra. Este trajín de visitantes y vendedores empezó a disminuir luego de la declaratoria de emergencia. Carlos Ipiales, vendedor de tilapia frita, calcula que los fines de semana llega un 50% menos de turistas. "El problema es que la palabra emergencia fue interpretada como insalubridad".

Ipiales nació en San Miguel, el pueblo más cercano a la laguna. Allí viven alrededor de 2 000 personas. La mayoría depende del comercio de pescado frito, de la venta de frutas y de la elaboración de esteras y artesanías.

El dirigente participará desde las 09:00 de hoy, en el foro denominado Ibarra por Yahuarcocha, que se realizará en el hotel Imperio del Sol. Delegados de asociaciones, gremios profesionales, organizaciones sociales, juntas parroquiales, inversionistas y representantes de otros sectores integrarán las cuatro mesas de diálogo, para analizar los problemas y plantear las posibles soluciones.

"Propondremos al Municipio el cambio y mejoramiento del alcantarillado y del servicio de agua potable para el barrio San Miguel", asegura Ipiales. Para Rubén Belalcázar, presidente de la Asociación de Hoteles de Ibarra, se han abandonado los proyectos de reforestación.

En su opinión, la siembra de plantas nativas también atrae a la gente. "Como gremio pediremos eso y que se respete la infraestructura hotelera que allí se levantó, al igual que el derecho de expender alimentos en forma ordenada y cuidando el ambiente".

El Municipio está a cargo de organizar la asamblea. El director de Planificación, Fabio Carranco, tiene la información técnica de los ministerios y en los últimos meses se hicieron varias observaciones al proyecto de rehabilitación de Yahuarcocha y de su entono urbano y natural.

Está previsto, por ejemplo, que la Empresa Municipal de Agua Potable de Ibarra (Emapa) se encargue de ejecutar los proyectos de agua potable y de alcantarillado, y de la recuperación de las riberas de la laguna de Imbabura.

El Ministerio del Ambiente, de su parte, tiene propuestas de reforestación. La empresa privada cuenta con proyectos de desarrollo y solicita préstamos para fomentar el emprendimiento.

Luego de la asamblea, se firmará una carta de compromiso y los miembros de los comités Técnico y de Gestión pulirán los proyectos definitivos, para presentarlos al Gobierno. "Los acuerdos serán concretos, porque los participantes en las cuatro mesas de diálogo son muy representativos y se inscribieron con anticipación", recuerda David Andrade, director de Cultura del Cabildo

Xavier Andrade vive en Ibarra desde hace 25 años. Recuerda que, hace unos 10 años atrás, pasear por el contorno de la laguna era un placer incomparable. Se respiraba aire puro, se escuchaba el trinar de las aves y el espejo de agua era cristalino.

"Ahora, el ruido de los comerciantes y de los turistas es insoportable. Circulan muchos carros por la pista y el agua de la laguna tiene un tonalidad verdosa". Él espera que de las mesas de diálogo salgan propuestas interesantes y, sobre todo, efectivas. No se inscribió, porque no tiene tiempo para asistir al debate.

Cuando ya estén definidos los proyectos a ejecutarse, serán difundidos entre los involucrados. El propósito es conseguir respaldo ciudadano para tomar las decisiones inmediatas.

Ventas
El comercio no está controlado

Yahuarcocha es el principal sitio de recreación de Ibarra. Está ubicada a 4 km de la capital imbabureña. Allí funcionan dos discotecas, restaurantes de comida tradicional y gourmet, dos hoteles de lujo y dos hostales y hosterías.

Además, hay un centenar de locales para venta de pescado frito y frutas. La actividad comercial no está regularizada en el complejo.

A eso se suma el hecho de que en la pista de 10,8 km, no hay señalización vertical ni horizontal. Los buses urbanos compiten con los carros particulares. El asfalto está deteriorado, por falta de mantenimiento.

Según la Compañía de Economía Mixta Yahuarcocha (CEMY), un promedio de 500 carros por semana ingresa a Yahuarcocha. Ante la falta de estacionamientos, los propietarios dejan los carros en las orillas.

Turismo
El turismo no se vigila

En los últimos meses, han llegado al Municipio de Ibarra decenas de propuestas sobre proyectos turísticos para Yahuarcocha. Desde teleféricos hasta parques escénicos y malecones.

El potencial de este recurso natural es enorme. Alrededor de la laguna se han levantado lujosos hoteles y restaurantes. En las noches, el principal atractivo son las discotecas, con vista al espejo de agua.

No hay un plan para el manejo turístico. No se ha realizado un estudio para determinar el número de turistas que debe ingresar el fin de semana, para evitar el deterioro del entorno natural.

Las personas que ingresan al complejo turístico en bus, lo hacen gratis. El ingreso de cada vehículo cuesta USD 0,30, sin importar el número de personas.

Contaminación
La basura flota en las orillas

De las 20 toneladas de tilapia al mes que se expenden en los negocios de Yahuarcocha, no se sabe con exactitud a dónde van a parar las vísceras y las escamas. Los técnicos del Municipio sospechan que una parte de los desechos se arroja a las quebradas, que luego desembocan en la laguna.

Los fines de semana, es común ver botellas plásticas, fundas, cáscaras, residuos de caña y platos desechables flotando en las orillas. El desaseo es evidente, a pesar de que los comerciantes aseguran que ellos realizan mingas periódicas de limpieza y tienen un recolector para la basura orgánica.

Una propuesta que ha tomado fuerza es mejorar el equipamiento del complejo turístico con la instalación de basureros e iniciar campañas de capacitación.

Patrimonio
Los vestigios, sin un sitio

Hace un año, el ex Fondo de Salvamento del Patrimonio Cultural del Cantón Ibarra (Fonsalci) gestionó, fallidamente, la adecuación de un museo de sitio en la infraestructura abandonada del muelle bar, ubicada al margen occidental de Yahuarcocha.

El propósito era exhibir las piezas y osamentas encontradas en el fondo de la laguna y en las tolas de El Tablón, Socapamba y Caranqui. Los vestigios están encargados en el museo Atahualpa.

La importancia de estos hallazgos se describe en el libro 'Laguna de Yahuarcocha patrimonio natural y cultural de la Sierra Norte del Ecuador'. Sus autores, José Echeverría y Xavier Jaramillo, detallan, en 100 páginas, los objetos arqueológicos que la empresa Darwinvest halló durante sus investigaciones en el 2006.

"La investigación científica demostró, además, que la guerra entre más de 50 000 incas y caranquis, en 1494, en realidad ocurrió a orillas de Yahuarcocha. No fue un mito y los cráneos que allí permanecen lo prueban", dice Echeverría.

Fuente: Diario El Comercio/ Redacción Sierra Norte