La pérdida de glaciares, el avance de los desiertos y distorsiones severas de la naturaleza son consecuencias del cambio climático, cuyos efectos son muestra de lo que le espera a la humanidad si no logra controlar el daño que le está infligiendo al planeta.

El fracaso de las naciones reunidas hace poco en Copenhague, en suscribir un acuerdo vinculante para reducir las emisiones de carbono a la atmósfera, ha dejado a varios líderes empresariales confundidos. ¿Qué implicancias tendrán las políticas para detener el cambio climático sobre los negocios? Lo que ha quedado claro tras Copenhague es que el problema climático ha dejado de ser una agenda focalizada de los ministerios del medio ambiente para pasar a ser un tema central de política de Estado.

Sobre este tema, parecería haber tres grupos de países: Los “desarrollados”, que piensan cómo lograr rápidas reducciones de emisiones de carbono, esto principalmente en Europa; los “muy poco desarrollados” (África principalmente), que quieren encontrar formas de obtener beneficios económicos en compensación por preservar sus recursos naturales; y los “intermedios”, aquellos que vienen desarrollándose rápidamente (China, India, otros países del sudeste asiático y Latinoamérica), que no desean que se les limite su proceso de industrialización.

Está claro que el costo de una reconversión industrial es muy elevado y difícil de implementar. Si bien los precios del petróleo seguirán altos, no es fácil decidir aún por cual alternativa apostar. Lo que sí es previsible es que países importadores como Estados Unidos y Europa van a imponer medidas proteccionistas relacionadas con las políticas energéticas de los países productores. Esto significa que los productos que se originen en países que no han empezado a tomar medidas para controlar las energías sucias se verán perjudicados. El Perú tiene gas natural y un gran potencial para producir energías renovables y cuenta con un pulmón estratégico en la Amazonía. Hay que tomar conciencia de lo que se viene y desarrollar una estrategia acorde con ello.

Fuente: El Comercio/ Por: Ben Schneider Empresario - Presidente de COM S.A